Cada 8 de agosto, Izúcar es protagonista del que pudiera ser su principal festejo religioso del año, este día ha sido elegido como el día mayor dedicado al culto de Santo Domingo de Guzmán, quien fuera fundador de la Orden de Predicadores, más conocidos como dominicos; la sede del homenaje es el ex convento y ahora parroquia que lleva el nombre de este Santo ubicado en el centro de la ciudad.
Esta celebración, influenciada en sus orígenes por los frailes, es una de las más arraigadas para los habitantes de los barrios y colonias. La causa es porque hace tiempo la ciudad contaba con dos parroquias: la de Santa María de la Asunción, considerada de españoles; y la de Santo Domingo de Guzmán, considerada de naturales. En aquél tiempo, a esta última acudían la mayoría de las personas de los barrios, por lo que a pesar de que en el año 1904 el arzobispado declaró cómo única parroquia de Izúcar a la de Santa María de la Asunción, ellos continuaron considerando al templo de Santo Domingo de Guzmán como su parroquia. Este fervor y respeto origina uno de los eventos más importantes de nuestro municipio.
La feria de Santo Domingo de Guzmán, como se denomina comúnmente hoy en día a esta festividad, ha conservado muchos rasgos característicos de sus orígenes. En las líneas siguientes solo describiré algunas de las actividades que se efectúan actualmente y de las cuales he sido testigo; ampliando un poco la narración, en la medida de lo posible, con datos de algunas fuentes de información disponibles.
Comúnmente, las celebraciones religiosas y no religiosas inician desde una semana antes del día mayor, organizadas primordialmente por un comité itinerante surgido de un barrio específico de Izúcar. En los primeros días de agosto, los puestos de pan, dulces, artesanías, comida típica y algunos juegos mecánicos se instalan en la explanada lateral del ex convento; otros más en las inmediaciones del mismo, sobre la calle Benito Juárez y un pequeño tramo de la calle Reforma. A parte de esto, algunas agrupaciones musicales y equipos de sonido se apostan en el atrio para amenizar las tardes con la música popular para el disfrute de los visitantes.