miércoles, 31 de diciembre de 2014

Los Barrios de Izúcar de Matamoros

Escrito por Elías Razo Hidalgo.

Los barrios son la forma de cohesión social que se presenta desde las sociedades prehispánicas, y que a la llegada de los españoles, viendo la importancia que tenían aquellos para unir a las comunidades, por los lazos familiares y de producción que se presentan en éstos, no solo no son destruidos, como sí sucedió con muchas otras instituciones de nuestros antiguos habitantes de nuestro actual país, sino muy por el contrario son fortalecidos, integrados y renovados, dándoles un signo de identidad religioso, a través de los santos patrones locales y de la construcción de sus iglesias, a la par que respetarán, hasta donde permitía la ambición española, sus terrenos de producción agrícola.

A continuación se transcribe una descripción de la cantidad y calidad de los barrios con que cuenta la ciudad de Izúcar de Matamoros, todos ellos conservan en la actualidad las reminiscencias de lo mexicano colonial que ha dado personalidad cultural a pueblos y ciudades de nuestro país:

Para iniciar vayamos a la iglesia de Alchichica, que nos ofrece un barroco indígena muy bien elaborado; de allí podemos continuar, ya en el centro con el Santuario del Señor Santiago y apreciar el trabajo de talavera en la torre y entrada principal; posteriormente llegar a las plazas centrales y poder comparar la fachada barrica de Santa María y la austera del templo de lo que fue el hospital de los juaninos; continuando al obligado Santo Domingo de Guzmán; con su imponente facha blanca y sus torrecillas en forma de fortaleza medieval; y con rumbo sureste conocer las iglesias de San Martín Huaquechula y de Santa Catalina, que a manera de imitación nos ofrece sus réplicas, pero en pequeño,  de Santo Domingo; y para concluir este primer paseo tendríamos que llegar al barrio de La Magdalena.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Historia del hospital de San Juan de Dios de Izúcar 1748

Reina Cruz Valdés

Introducción
El objetivo de esta ponencia es empezar a reconstruir la historia del Hospital de San Juan de Dios de Izúcar. Ésta se encuentra ligada a la historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios; llegó a la Nueva España en el año de 1604. Esta orden de hermanos estaba dedicada a la atención de los enfermos, por ello en el Nuevo Mundo fundó una importante red de hospitales.

En Puebla se estableció en el año de 1626, en una pequeña capilla llamada de San Bernardo; esta orden se propagó en el obispado de Puebla en lo que hoy es nuestro estado; fundó cuatro hospitales en Atlixco en 1731, Tehuacán en 1744 y en Izúcar en 1748.

Fundación del hospital de Izúcar de Matamoros
No es aventurado pensar, que la cercanía con la ciudad de Atlixco y viendo la labor que ahí desarrollaban en aquellos tiempos los frailes de San Juan de Dios, haya sido un motivo para impulsar la idea de fundar un hospital en esta población; sin embargo, el principal motivo fueron las contínuas epidemias y enfermedades que sufrían los habitantes de estos lejanos lugares.

Esa fue la razón por la que se juntó un grupo de personas interesadas en emprender esta obra; se reunieron diversas opiniones de las repúblicas de indios de la región que albergaba a nueve curatos, con sus representantes, y un grupo de pudientes enviaron una carta al excelentísimo señor oidor Capitán General Don Juan Francisco Güemes y Horcasitas el 19 de marzo de 1748. En ella le pedían que se funde un hospital porque “los hijos de estas repúblicas presentan grandes necesidades en lo dilatado de esta provincia que se compone de nuevo curatos, no teniendo recurso en lo humano de sus dolencias porque carecen de medicinas y personas inteligentes habiéndose experimentado en varias epidemias el ningún consuelo de los miserables que se morían sin alimento… se le pide que funde el hospital con el capital que se ha juntado y se pide se mande a los religiosos de San Juan de Dios…”. La idea de fundar un hospital fue aprobada materialmente por las personas pudientes de ese partido, que a decir de ellos mismo era “una de las mayores de ese obispado”. El licenciado Don Carlos de Vergara, el presbítero comisario del Santo Tribunal Don Cayetano M del Pulgar, el administrador de las reales alcabalas, albaceas testamentarios y tenedores de bienes de Don Bernardo de Mora, R de Mora, Reverendo Padre Fray Joseph de Sn Miguel de la orden de San Agustín, el administrador del ingenio de San Nicolás Dn. Agustín de A. Mercader ,Peña, y las señoras Magdalena Pérez, Gertrudis de Torres, y Magdalena de Abrego todas ellas viudas, reunieron un capital de 8 mil pesos, que representaba mucho dinero para ese tiempo. Esto quedaba perfectamente especificado; en un contrato en donde: firman los varones, las viudas no, por no saber escribir.

Historia de la Biblioteca Mariano Matamoros de Izúcar, contada a través de la vida de su bibliotecaria: María Teresa Ruvalcaba Bazán

El texto siguiente fue tomado del libro “Historias de la Red de Bibliotecas Públicas del Estado de Puebla” en la primera edición publicada en el año 2010; si bien el enfoque de este libro es describir el trabajo que han venido realizando las bibliotecarias, también proporciona información relevante sobre la fundación de cada biblioteca. Esta es la reproducción completa del apartado correspondiente a la biblioteca Mariano Matamoros, actualmente ubicada en el Palacio Municipal antiguo de Izúcar. A continuación la transcripción:

Región Izúcar de Matamoros
Integrada por 34 bibliotecas públicas municipales
La primera biblioteca de Izúcar de Matamoros fue fundada en el año 1966 por el Club de Leones con 2 mil volúmenes y tuvo su cede en la Casa de Cultura de esa ciudad. María Teresa Ruvalcaba Bazán llega a esa biblioteca en el año 1980. Impulsada por la necesidad imperiosa de sacar adelante a su familia pero también por el gusto de leer, Tere aprendió a amar su trabajo y con el tiempo fue imprimiéndole su sello principal. La simbiosis entre ella y su trabajo se convirtió en una fuente infinita de entusiasmo para llevar a cabo sus tareas y enfrentar la dificultades que se presentaban: ésta ha sido la constante en sus labores de bibliotecaria y, sobre todo, en sus labores de coordinadora de la región de Izúcar de Matamoros, componente de la red estatal. Hoy, a sus 77 años, el entusiasmo, el amor por su trabajo y el buen humor siguen siendo la marca personal de esta coordinadora regional que, inspirándose en las personas que la rodean, se siente lista para librar nuevas batallas.
María Teresa Ruvalcaba Bazán. Foto: Archivo Izúcar Mx 2014.

Se podría afirmar que Tere llega al mundo de las bibliotecas casi por casualidad y seguramente por necesidad. “Entré en junio de 1980 cuando estaba el señor Ramírez como presidente ¡pero fue de chiripa! Yo había quedado viuda, había trabajado varios años en el ISSSTE pero como tenía 49 años en ninguna secretaría me daban trabajo. Quedé viuda con tres hijos de 10, 13, y 17 años para sacar adelante. El detalle es que no quedé pensionada y sacar adelante a tres niños estaba muy difícil. La persona que estaba atendiendo la biblioteca era la nieta de un señor que había durado 16 años allí, ella ya no podía hacerse cargo de la biblioteca por sus estudios y me pidió a mí que lo hiciera, pero como ella aparecía en la nómina me propuso que fuéramos a mitad de sueldo… Como a mí me urgía me dije ‘por qué no’. Así estuvimos como un año, luego ella ya se iba a recibir de educadora, habló con el presidente y me dejó de fijo. La verdad sí me gustó la oferta de trabajar, porque según mi idea, aparte de que me ayudaría económicamente, yo me dije: ‘¡Ay, voy a leer mucho porque hay muchos libros!’ pero el detalle es que es como la cocinera: ¡estás haciendo de comer y no puedes comer porque tienes que servir a todo mundo! ¡Así era acá, no tenía tiempo de ponerme a leer! Gracias al trabajo en la biblioteca, ya me pude hacer cargo de la renta… luego ya encontraría para la comida y la colegiatura. Mientras tanto, pude sacar adelante a los niños y por eso quiero tanto a la biblioteca.